LA SINCRONIZACIÓN ENTRE CORAZONES ES LA BASE DE LA COMUNCACIÓN
Uno de los temas que más me apasionan y sorprenden de la neurociencia, es la relación e influencia de nuestro corazón sobre el cerebro. Porque ya sin tener ningún conocimiento científico, uno es capaz de sentir y presentir que en nuestro pecho hay mucho más que una bomba que reparte sangre por nuestro organismo.
Pero desde hace unos años, una serie de artículos publicados en revistas científicas tan prestigiosas a nivel mundial como Nature o Science, han desvelado lo que muchos intuían, explicando el funcionamiento de esa importante relación, siendo la principal y más poderosa de nuestros órganos con el cerebro.
¡El corazón tiene mucho que ver con la psicología humana, y de qué forma!
Nuestro ritmo cardíaco, influye en nuestra cognición (memoria, atención, capacidad lingüística, habilidades espaciales, funciones ejecutivas…), pero también en nuestras emociones.
Entre otras muchas cosas, el corazón es capaz de sincronizarse con otras personas a través de la comunicación.
Y lo que sucede es mágico, porque nuestro cuerpo interacciona con el cuerpo de otros, algo que, además, ocurre más fácilmente si existe un componente añadido emocional, lo que no solamente convierte esta interacción en algo bonito y auténtico, sino que favorece muchos otros procesos cerebrales, cognitivos y emocionales.
En otras palabras, dialogar, hablar y generar empatía, sincroniza corazones y favorece nuestro entendimiento y bienestar.
¿Y por qué siempre se ha dicho que mirar a los ojos nos ayuda a conectar con los demás?
El anclaje de la mirada, es decir, mirar directamente a los ojos de tu interlocutor. favorece y agiliza esta sincronización entre corazones, pero, además, concretamente a través de la mirada, se llega a zonas tan importantes como la amígdala, estructura principal del cerebro límbico involucrada en nuestras emociones.
Como así se ha estudiado y comprobado, si la sincronización entre corazones es capaz de mejorar la ejecución de una obra en un grupo de músicos, o de crear un mayor vínculo que favorezca el entendimiento en un equipo de trabajo, imagínate a todo lo que se puede trasladar el hecho de comprender estos mecanismos y el impacto que cada uno de nosotros tenemos en el cuerpo de otros, y, por ende, el impacto que tienen los demás en nosotros. (La fuerza eléctrica del corazón, es 60 veces mayor que la del cerebro, y su campo magnético 5.000 veces superior, pudiendo medirse a más de 5 metros).
Nuestro cuerpo se comunica cuando nosotros nos comunicamos, y hay fórmulas increíblemente eficaces para lograr que se genere conexión, que es, sin duda, la base de una buena comunicación.
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